Cebollas Rellenas

by - lunes, diciembre 16, 2013




Esta semana estoy motivada, así que voy a compartir contigo una de mis recetas estrella. Nunca falta en mi casa en la comida de Navidad.

La verdad es que me da mucha pereza prepararla porque se me ponen los ojos como a un niño después de ver Bambi, pero es que estas cebollas rompen corazones. Están tan buenas que encantan hasta a quien no le guste la cebolla.

Es algo increíble. En Navidad, cuando mi familia las come, les empieza a temblar el mentón y se les llenan los ojos de lágrimas. Yo creía que era por la emoción de la Navidad y todo eso, pero resulta que es por el placer que provoca este manjar.

Vamos, que es como una escena sacada de "Como agua para chocolate", una de mis películas preferidas. Aunque sea solo por eso, me pongo unas gafas de buceo y manos a la obra. A pelar y vaciar cebollas.

No tiene ninguna dificultad, pero sí requiere un poco de paciencia. La recompensa lo merece. No hace falta que seas tan bestia como yo, que ya que me pongo, preparo tres docenas. Con que prepares una docena y media es suficiente. Calcula unas tres o cuatro por persona y no acostumbres mal a la familia, que luego todos te piden....

Por supuesto busca unas cebollas de tamaño pequeño, de esas de dos "bocaos". No se te ocurra poner un pedazo cebollón de esos que ocupa todo el plato. Eso es horrible. Sólo con verlo se te quitan las ganas de comerlas. Comprendo que eso es más fácil, pero si lo haces, házlo bien.

Aquí va mi receta.


Ingredientes:

-18 cebollas pequeñas (yo utilicé asturiana)

-2 latas de bonito en aceite de oliva, de buena calidad

-1/2 copa de brandy

-Sal

-Aceite de oliva virgen extra


Preparación:

Vaciar las cebollas con un "saca bolas". No sé si tiene algún nombre mas técnico, pero todo el mundo lo llama así.

Deja las paredes lo más finas posible, con cuidado de no romperlas. Y ojo también con el fondo: es importante para que no te salga el relleno. Esto es lo único laborioso de la receta.

Ahora pica muy menuda la cebolla que hayas sacado y resérvala.

Fríe las cebollas ya vaciadas en aceite a fuego fuerte. Lo interesante es que queden bien doradas por fuera para que obtengan ese color tan espectacular. Ahora no hace falta que queden tiernas, eso ya se hace luego. 

Escúrrelas bien y vete reservándolas en la olla que vayas a utilizar. Yo te recomiendo una con un buen diámetro pero poca altura.

Cuela el aceite y utilízalo para pochar la cebolla que tienes picada. Este aceite no debes desperdiciarlo, tiene todo el sabor de la cebolla frita. Salar

Tiene que estar muy, muy, muy, muy pochado, a fuego lento, con cariño. Ya verás que color cogen. Añade el bonito un poco desmenuzado, sepáralo del fuego y deja enfriar.

Una vez frío rellena las cebollas. Échale por encima la copa de brandy, tapa y deja a fuego lento, lento, lento.

Aunque te parezca que no tienen salsa, no te puedes imaginar el jugo que sueltan. Quedan prácticamente cubiertas y super tiernas, confitadas en su propio jugo.

Esto es todo: un plato sencillo, barato, con pocos ingredientes y un resultado de escándalo!!!

Un truquito a la hora de pelar las cebollas: para que no te piquen tanto los ojos cuando te pongas a caciplar, guárdalas el día antes en la nevera. No hace milagros pero algo se nota.

Espero que te salgan bien. Eso es seguro si lo haces con cariño. De todas formas si tienes algún problema, no dudes en comentármelo.

¡¡¡Hasta la semana que viene!!!




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3 comentarios

  1. ¡Vaya pinta que tienen! ¡ Delicious!

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  2. Vaya pinta más buena. Las hacia mi guelina, a ver si me animo en estas fiestas! !!!!

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