Mejillones en Escabeche

La verdad es que nunca me apasionaron los mejillones pero ahora cada día me gustan mas y sobre todo cuando probé esta receta. 

Aprovechando que estamos en un momento ideal para consumirlos y que los tenían en la pescadería de una calidad impresionante me decidí a comprarlos y ponerme manos a la obra.

No te puedes imaginar que sencillo es, dudo que vuelvas a comprar una lata de mejillones en escabeche porque vas a comprobar la diferencia con los que hagas en casa, principalmente en el sabor pero también en el bolsillo.

Vamos con la receta.

Ingredientes:

- 2 kg de mejillones gallegos

- 5 dientes de ajo

- 1 hoja de laurel

- 1 vaso de aceite de oliva virgen

- 1 vaso de vinagre de vino 

- 1 vaso de vino blanco ( 1/2 para cocer los mejillones y 1/2 para el    escabeche

- 2 cebolletas

- 1 zanahoria

- 1 cucharada de pimentón de la vera

- Sal

- Pimienta

- Guindilla (opcional)

Preparación:

Lo primero es cocer los mejillones, algo tan sencillo como echarlos en una olla con medio vaso de vino blanco y dejarlos hervir hasta que se abran, será como mucho 5 minutos. Separa de la concha y reserva.

Pon el aceite a calentar a fuego medio, incorpora las cebolletas, la zanahoria cortadas en juliana fina y los dientes de ajo sin pelar. Deja que se vaya haciendo a fuego lento para que no dore y quede tierno.

Sube el fuego y añade el laurel, la sal, la pimienta y el pimentón. Revuelve y añade 1/2 vaso de vino y el vaso de vinagre. Deja hervir unos 5 minutos. 

Añade los mejillones y 6 u 8 cucharadas del jugo de su cocción.

Deja en la nevera unas 24 horas y estarán listos para servir.

Podemos consumir mejillones en cualquier época del año, pero el momento ideal es a finales del verano hasta la llegada de la primavera.

El mejillón gallego tiene un color rojizo intenso, se caracteriza porque  tiene forma de hacha y unas estrías en la concha que lo diferencian de otras especies de menor calidad, pero sobre todo lo que mas le identifica es su intenso sabor a mar.

Realmente un lujo a la altura de todos los bolsillos y por si fuera poco sus propiedades son una maravilla. Ricos en vitaminas del complejo B, vitamina C, ácido folico, hierro, fosforo, manganeso, selenio y zinc, además de una proteína de alta calidad ¡¡¡ encima no engordan!!! ¿ Qué mas se puede pedir?. Me río yo, del llamado hermano pobre de los mariscos.

Espero que disfrutes de la receta tanto como lo he hecho yo.